Aventureros en busca de misterios y fenómenos paranormales: ya podéis empezar a preparar la maleta. Si queréis que os invadan los escalofríos y se os seque la boca de la tensión, os presentamos cinco enclaves majestuosos que esconden leyendas oscuras e historias escalofriantes. ¿Será verdad o sólo rumores? Habrá que estar in situ y vivirlo en primera persona para decidir cuán de estremecedores son los siguientes lugares.

El Escorial, Madrid

En torno a la majestuosa construcción que ordenó levantar Felipe II en 1563 existe una leyenda negra que ha perdurado hasta nuestros días.

Según cuenta una fábula medieval, Lucifer vivió en una cueva en la Sierra de Guadarrama durante los días entre la expulsión del cielo y su destierro al infierno. En ese tiempo, el ángel rebelde deambuló por los alrededores del lugar donde creó siete puertas para acceder a las tinieblas; una de ellas estaría en San Lorenzo de El Escorial.

El rey Felipe II, que no era ajeno a esta leyenda, pidió a un grupo de expertos que examinara el lugar donde quería construir el Monasterio. Tal como relata la crónica del padre Sigüenza, la comitiva se topó con un viento casi huracanado que les impedía llegar al sitio y sufrieron algún percance físico. Algo que el fraile interpretó como una señal demoníaca buscando persuadir al Rey para que colocase allí el convento.

Además, durante las largas obras circuló un rumor entre los peones de que un misterioso perro negro acechaba por las noches dificultando la construcción.

Santuario de Balma, Castellón

La leyenda cuenta que enfermos y endemoniados peregrinaban hasta el Santuario de Balma, construido en el siglo XIV, en busca de curación de enfermedades de posesión y peticiones de curaciones milagrosas con el visto bueno de la jerarquía católica.

En el templo, según su historia popular, se realizaban rituales de exorcismo y de sanación y una vez al año, miles de personas se acercaban a este misterioso enclave en romería.

En el Santuario de la Balma las encargadas de estas curaciones y expulsiones del demonio eran las "Caspolinas", brujas o hechiceras que provenían de la ciudad de Caspe, y tenían formación en hierbas, pócimas y magia.

Monasterio de San Jerónimo de Guisando, Ávila

El monasterio San Jerónimo de Guisando es una edificación en ruinas de la Orden Jerónima situada dentro del municipio español de El Tiemblo, en la provincia de Ávila. Afectado en varias ocasiones por las llamas, el monasterio cayó en desuso.

Alrededor de su estructura surgen leyendas de todo tipo que bien pueden haber nacido de la sugestión que el propio escenario conlleva: presencia de fenómenos extraños, luces flotando sobre el monasterio...

Cortijo Jurado, Málaga

El Cortijo Jurado es una hacienda agrícola-burguesa de mediados del siglo XIX, situada en una loma junto a la carretera de entrada a la barriada de Campanillas de la ciudad de Málaga.

La leyenda popular recoge que en este cortijo tuvieron lugar una serie de oscuros acontecimientos cuando residían los primeros Heredia, quienes tenían una estrecha relación con los Larios, residentes en el cercano cortijo Colmenares.

Los hechos macabros estarían relacionados con una serie de extrañas desapariciones de niñas que fueron sometidas a rituales satánicos, y posteriormente, asesinadas. Los Heredia se convirtieron en el punto de mira, ya que se pensaba que eran masones, y habrían importado estas terribles prácticas de sus amigos franceses e ingleses.

Algunos de los cadáveres fueron hallados en la rivera de un río cercano al cortijo Jurado. La leyenda cuenta que el edificio contaba con máquinas de tortura y túneles secretos que conectaban la finca con la de Colmenares, para que los invitados llegaran a las tenebrosas celebraciones sin ser vistos.

Fábrica de muñecas de Segorbe

Esta fábrica de muñecas de porcelana abandonada, situada en Segorbe, un municipio de la provincia de Castellón, despierta el morbo de muchos curiosos.

La construcción data del siglo VXII por los frailes de la Cartuja de Valldecrist con la función de molino, aprovechando el salto del agua del manantial de la Esperanza. A mediados del siglo XIX pasó a manos privadas. Una de las leyendas que circula reza que durante la II República mataron a algunos trabajadores de la fábrica de tejidos y que fueron arrojados a los pozos que hay en el patio exterior. Fue embargada por la CNT y utilizada como puesto de vigilancia contra el contrabando.

En 1970 se reconvirtió en una fábrica de muñecas de porcelana de la que hoy todavía se observan los materiales utilizados, los moldes, restos... Un escenario digno de una película de terror.