Comparece Paula Sáinz-Pardo en pantalla mirando a los ojos e interpela: «Piensa en cinco personas que te rodean. Si ninguna de ellas es pobre, es decir, que malvive con menos de 9.000 euros al año, es que vives en una burbuja».

Entonces entra la carátula de La 2 Noticias. Así un día y otro y otro, y van ocho meses. «Artículo 14 de la Declaración de los Derechos Humanos. En caso de persecución, toda persona tendrá derecho a buscar asilo, y a disfrutar de él en cualquier país». Y otro más. «Puede que Groenlandia te parezca exótico, pero ya se ha convertido en nuestro problema.

Si el hielo sigue derritiéndose a este ritmo podrían desaparecer Oporto, Londres o Barcelona».

La 2 Noticias dice lo que nadie puede o quiere decir por ellos. Pueden permitirse el lujo quizás por el hecho de que su audiencia sea restringida. Porque moleste a pocos. ¿Qué puede importarles el cambio climático o la contaminación en Madrid Central a quienes moran en sus urbanizaciones de Pozuelo de Alarcón, y se trasladan a sus despachos con moqueta sin haber pisado la calle, entre ellos los políticos que pactan por sus intereses y no por los nuestros?

Este interrogante todavía no lo ha planteado Paula. Pero podría. El equipo dirigido por Eva de Vicente y César Vallejo son capaces de eso y más. Nos lo están demostrando a diario y no estaría de más atender a sus mensajes. Quitarnos la coraza y dejar de escucharlos como quien oye llover. Es más, a mí me da que según quién mandase en el Gobierno y quién dirigiese el Consejo de Administración, estas «alegrías» en según qué temas se iban a terminar. Por eso valoro tanto cada frase, cada llamada a la reflexión. Este modo de ejercer el periodismo desde el compromiso es más que necesario. Sólo cabe aplaudirles por seguir ahí. Tan pertinaces.