‘Here and Now’ venía con vocación de ser otro de los títulos de prestigio de la HBO pero al final ha sido una de esas series que no ha conseguido pasar de la primera temporada.

Tenía muchas bazas a su favor. Un reparto de lujo y el toque de uno de los grandes creadores de la cadena, Alan Ball. Nada de eso ha podido salvarla de la guadaña de la cancelación y, lo peor de todo, sin la oportunidad de contar con un final que deje las tramas cerradas de la primera temporada.

A la hora de elegir serie, uno de los filtros que muchos se ponen es precisamente que haya tenido unas cuantas temporadas acumuladas, que tenga un final cerrado y que la trama no sea un coitus interruptus.

Con estos filtros, serán muchos los que se echen atrás y jamás se planteen el poder verla. A esto se une el problema de que tampoco es que sea una serie perfecta y Alan Ball está tan pagado de sí mismo que uno no sabe muy bien si está viendo una genialidad o le están tomando el pelo. Aun así, está todo tan bien contado que seguirla puede ser un placer para los sentidos.

Hay una trama sobrenatural que va cobrando peso a medida que avanza la serie, pero que no tiene nada que ver con Lost o con Expediente X.

La trama de fantasía de Here and Now está más cerca del realismo mágico de García Márquez o el surrealismo de David Lynch en Twin Peaks que de un blockbusterde J. J. Abrams.

Uno de los protagonistas sufre extrañas visiones de aparente origen sobrenatural y, en un primer momento, no sabe si es un delirio esquizofrénico o un mensaje divino. De manera que si has llegado hasta aquí y te ha picado la curiosidad, quizá deberías plantearte darle una oportunidad. Alan Ball ha sido uno de los niños mimados de HBO durante mucho tiempo.

De hecho, hay quien sostiene que el haber sido el guionista de American Beauty y el creador de A dos metros bajo tierra, le dan carta blanca para hacer lo que quiera. Tras haber desfasado a gusto con True Blood y con Banshee (donde era productor ejecutivo), Ball se alejaba de la acción y la hemoglobina y regresaba al drama familiar.

Todo apuntaba a que sería un nuevo A dos metros bajo tierra, con los oscarizados Tim Robbins (Mystic River) y Holly Hunter (El Piano) al frente del reparto. En el nuevo título se nos presentaba a la familia Bayer-Boatwright. Él un filósofo en plena crisis de los 60 y ella una terapeuta. El matrimonio se embarcó hace años en un experimento social al adoptar a sus hijos de diferentes partes del mundo: un asiático, una africana, un sudamericano...hasta una hija adolescente que ha abrazado el judaísmo. La serie era un canto a la diversidad racial y sexual, con un repertorio de personajes que se alejaba de cualquier estereotipo o prejuicio racial. Hay abstemios sexuales, ninfómanas, jovencitas que contraen una venérea, etcétera.

No faltan entre los secundarios varios personajes musulmanes, uno de ellos un adolescente transgénero que se pone el velo cuando en la intimidad del hogar se viste de mujer; y otro que se marchó de Irán por su ateísmo. Todos estos personajes serían la pesadilla para un votante de Donald Trump.

Por lo que el canto a la diversidad en los tiempos que corren era algo que se ha hecho con toda la intención del mundo.

La progresía de los Bayer-Boatwrigh y sus aires de superioridad moral han echado para atrás a los públicos más conservadores y la propia cadena no sabía muy bien si estos personajes iban en serio o eran parodias. Con la crítica dividida y las cifras de audiencia muy bajas, HBO no ha tenido paciencia y ha cortado por lo sano.

'Here and now' era todo lo contrario a lo que ha sido el retorno de Roseanne, la serie que catapultó la carrera de John Goodman.

Un tuit racista de la protagonista, Roseanne Barr, ha generado tal cascada de indignación que al final la cadena ha considerado que las palabras de la estrella habían sobrepasado todas las líneas rojas y la ha cancelado sin contemplaciones, por mucha audiencia que tuviera. La serie nos mostraba a una familia blanca de clase trabajadora y conservadora que era todo lo contrario a los progresistas pijos multirraciales de Here and Now. Roseanne Barr se había declarado votante devota de Trump y era una de sus más enconadas defensoras en Twitter.

El mismo Trump veía en el éxito de la serie un respaldo popular a su forma de hacer las cosas. Barr parecía como endiosada por su apabullante nuevo triunfo televisivo y parecía que eso le daba carta blanca para todo. Su caída es toda una lección para aquellos que juegan a ver quién la suelta más gorda.