Lo escribo y lo hago con los dedos cruzados, por si se aborta la semillita, el rumor, la bola que apenas ha echado a andar. He leído que Pedro Sánchez ha comentado que tiene una idea clara del perfil que, según él, deberá tener el próximo presidente de RTVE, y que sin embargo el presidente del Gobierno todavía no puede poner nombre a ese cargo. Así debe de ser. Me parece muy atinado el matiz.

Al mismo tiempo, el rumor del que hablo señala a Fran Llorente como esa persona, como ese posible presidente que abra la ventana de la tele pública y ventile el hedor a podrida manipulación que ha dejado tras de sí el nefasto José Antonio Sánchez, que el señor de los olvidados no nos lo vuelva a poner al frente de nada que tenga que ver con la información en un medio público.

Visto lo visto, con un PP aliado de un Ciudadanos veleta y apegado al árbol que más sombra da que intentó seguir controlando RTVE, el Gobierno optó por una fórmula que no es la más adecuada, la del decreto ley, para desbloquear la enésima trampa, pero era urgente hacer algo para ventilar y recuperar el prestigio de TVE.

Ahora, digo, se habla de Fran Llorente para fumigar las malas prácticas, para recuperar el prestigio dilapidado a conciencia, para hacer de TVE el referente que él logró como director de informativos, y en la etapa de Zapatero.

Durante aquella etapa de gloria sin matices, reconocida fuera con los mejores y más prestigiosos premios, y dentro con una audiencia a salvo de tanta desvergüenza y descaro partidista, TVE ascendió al podio de la primera división mundial del que la bajaron cínicos y bufones políticos como Rafael Hernando-PP-. Ojalá Fran Llorente sea algo más que un rumor. Y no se aborte.