El próximo 14 de febrero llega a Movistar+ la tercera temporada de 'Vergüenza', la irreverente comedia creada por Juan Cavestany y Álvaro Fernández Armero. Malena Alterio y Javiér Gutiérrez vuelven a dar vida a Nuria y Jesús, el matrimonio protagonista que, tras otro pasaje absolutamente bochornoso que se hace viral, tendrá que lidiar con el odio de todo un país y su recién adquirida condición de 'famosillos' de usar y tirar.

Después de que durante un partido de baloncesto una cámara le cazara dándole una colleja a su hijo Yusuf, Jesús se ha convertido de la noche a la mañana en el hombre más odiado de España. Partiendo de esta premisa, la nueva temporada de 'Vergüenza' adquiere una nueva dimensión que le permiten llevar sus lecturas a un ámbito mucho más amplio.

Y es que estos nuevos seis capítulos, la serie original de Movistar+ ya no habla solo de lo mezquinos que podemos llegar a ser en con nuestra pareja, con amigos o con compañeros de trabajo, sino que ahora amplía el foco retratando al público, a los medios y a todo lo que se mueve, y a cómo se mueve, en redes sociales. "Había que darle una vuelta de tuerca a la serie. Ofrecerle al espectador algo que no fuera conocido: una situación de bochorno que va más allá de lo íntimo y que convierte otro vergonzoso acto de Jesús en una auténtica vergüenza nacional", señala Gutiérrez en una entrevista concedida a Europa Press en la que afirma que "el odio y la envida forma parte de nuestro ADN" como país.

"Son casi como nuestro deporte nacional. Se nos da muy bien odiar y envidiar", sentencia el actor que cree que esta tendencia a la crispación general se ha incrementado a raíz del "'guerracivilismo' que por desgracia volvemos a vivir estos días en el ámbito político".

Un diagnóstico con el que coincide Malena Alterio. "Eso mismo decía Fernando Fernán Gómez, que somos envidiosos por naturaleza: 'Un éxito se perdona, pero el segundo ya no'", apostilla la actriz que destaca cómo, gracias a "la impunidad" que reina en la red, las redes sociales se han convertido en la herramienta ideal para desatar todo ese odio y envidia.

"Lo de las redes sociales se ha salido de madre", alerta Gutiérrez que ve cómo ahora "cada ciudadano que va con el móvil parece que tiene un arma de destrucción masiva". "Cualquiera puede hacer fotos o vídeos comprometidos y subirlos a la red" o "descalificar e insultar", denuncia. De hecho, comenta el actor, pese a que cuenta con redes sociales, hace mucho que no vierte en ellas ninguna opinión porque no quiere "exponerse" y ver como le llueven los "palos". "Uso las redes sociales de forma muy aséptica", reconoce.

De usar y tirar

Y hablando de armas de destrucción masiva, Malena Alterio no duda en afirmar que el arranque de la tercera temporada de 'Vergüenza' "es la bomba". Un nivel que, jugueteando con otros géneros que hacen que la serie evolucione y vaya más allá de la comedia, se mantiene para lograr que esta nueva tanda de capítulos sea "la más redonda de toda la serie y la que más te atrapa".

Precisamente atrapados, pero por la fama instantánea que le ha reportado esa mediática colleja, se encuentran Jesús y Nuria que en un momento de esta nueva temporada, que cuenta con cameos como los de Mariló Montero o Leticia Sabater, acaban inmersos en esa rueda de la "fama fácil" que hay detrás de todos esos ídolos de usar y tirar que copan portadas de revistas, programas de televisión y son 'trending topic' un día sí y otro también.

"No es baladí que en nuestro país haya tantos 'reality' y que 'Gran Hermano' vaya ya por su edición 'vigésimonosequé'... Eso es una radiografía de nuestro país, nos guste o no", expone Gutiérrez que lamenta que esa "fama casi gratuita", de esas figuras "que sin oficio ni beneficio alcanzan notoriedad" resulte muy nociva "para quienes nos dedicamos a una profesión como la de actor". "Muchas veces nos vemos dentro de ese mismo saco y a mí me pone muy del hígado. La etiqueta de 'famoso' es algo que repudio", sentencia.

Todo lo contrario que su personaje ya que, tal y como recuerdan Juan Cavestany y Álvaro Fernández Armero, "Jesús quiere ser famoso desde el minuto uno de la primera temporada" y ha buscado, "de forma patética y muy triste", dar rienda suelta a sus "ínfulas" para dejar de ser un fotógrafo de bodas y conseguir "reconocimiento" como artista.

Que hablen... aunque sea mal

En esta temporada esa ansiada notoriedad le sobreviene "pero en negativo" y "de forma mucho más grande de lo que él hubiera imaginado". Eso sí, asegura Cavestany, fiel a su bochornoso espíritu Jesús intentará "adaptarse" y luchará con uñas y dientes para no apearse del tren del "famoseo" partiendo de una discutible máxima: "Que hablen de mí... aunque sea mal".

Y seguir hablando de este singular y vergonzoso matrimonio es algo que Armero y Cavestany no se plantean... de momento. "Cuando terminamos esta tercera temporada nos quedamos con la sensación que haber logrado llegar a un lugar que cerraba un ciclo", responde Armero que, sin cerrar ninguna que "ahora mismo no tenemos una idea lo suficientemente potente para embarcarnos ya en la cuarta temporada". "Tendría que estar a la altura del final de esta, y eso va a ser difícil", completa Cavestany.

"A mí me encantaría, pero no depende de nosotros sino de muchas otras cosas que se nos escapan", responde Alterio al ser interrogada por una posible cuarta temporada que Gutiérrez recibiría con los brazos abiertos: "Creo que el talento de Juan Cavestany y Álvaro Fernández Armero dan para una cuarta y para una quinta temporada". "Si nos quedamos aquí, la experiencia habrá sido maravillosa. Pero no descarto que sigan pasando cosas en el universo de Nuria y de Jesús", concluye.