Leonardo Sbaraglia es Félix, el singular personaje que da nombre a la nueva serie original de Movistar+. Una ficción escrita y dirigida por Cesc Gay en la que el actor argentino da vida a un profesor de literatura ingenuo, educado, romántico, tenaz, torpe, transparente y que se deja guiar por su instinto. En definitiva, "una especie de ser humano en peligro de extinción", tal y como resume el protagonista de la serie que estará disponible al completo desde este viernes 6 de abril.

Ambientada en Andorra, ´Félix´ es la historia de un tipo normal y corriente, con una forma muy pura y particular de ver el mundo, que emprende la búsqueda desesperada de Julia, una mujer de origen asiático con la que hace poco tiempo ha iniciado una relación y que un buen día desaparece sin dejar rastro. En su incansable esfuerzo con dar con el paradero de su amada, Félix irá tirando del hilo hasta descubrir una oscura trama que le desborda totalmente, pero ante la que no se dará por vencido.

Un insólito antihéroe que es, asegura Sbaraglia, un tipo de ser humano que "quieren hacer desaparecer" todos esos "depredadores" que pueblan "este mundo terrible y feroz". "Esa es una de las claves de la serie, mostrar a un personaje muy particular, con una forma de ver el mundo tan personal que todos creen que es tonto o que lo han engañado", señala el protagonista que, en su búsqueda, irá descubriendo poco a poco "la lógica atroz" de una trama criminal en la que se encontrará cara a cara con una "inhumanidad" y "brutalidad" que le supera.

Y es que Félix es, ante todo, "una buena persona", apunta Cesc Gay, que ya había dirigido a Sbaraglia en uno de los fragmentos del filme ´Una pistola en cada mano´ y que ahora debuta en las series con esta ficción de seis capítulos cuyo guion también firma. Un formato que, en comparación con el cinematográfico, tiene "algo más de lúdico", ya que plantea "el juego" de intentar enganchar al espectador al final de cada capítulo. Una peculiaridad que también tiene su lado negativo porque "sabes que el primer capítulo lo va a ver mucha gente... y luego baja".

"Hay que asumir que las series funcionan así y es muy distinto de una película, que quien la ve, la ve entera", afirma el ganador del Goya por ´Truman´, que cita sin complejos a Alfred Hitchcock y algunos de sus clásicos como ´39 escalones´ o ´Con la muerte en los talones´ como referentes con los que ha "jugado" a la hora de partir de ese "esquema clásico de un tipo normal y honesto que se mete en una situación anormal y peligrosa".

El cóctel de Cesc Gay

Lo hace en una serie que navega con naturalidad entre la comedia, el thriller mafioso, el cine de espías e incluso el drama romántico en un singular "cóctel" en el que lo importante era "la mesura a la hora de mezclar los diferentes géneros" porque, apunta Gay, "si te pasas con uno te cargas todo. Era como afinar un instrumento". Una mezcla en la que uno de los ingredientes fundamentales es el escenario en el que se desarrolla: Andorra.

"Es un país muy curioso y muy especial. Un país pequeño metido entre las montañas, aislado, y donde ahí en medio hay una ciudad que hasta hace muy poco era un paraíso fiscal. Es un lugar con mucho mundo subterráneo y nos hemos aprovechado de eso", apunta Gay, que presentará la serie en Canneseries, la primera edición de un Festival dedicado a las series que se celebra en el marco del popular certamen cinematográfico.

"Eso es muy bueno para la serie porque le da mucha visibilidad y te permite acceder a otros mercados", señala el cineasta catalán, que achaca la proliferación de las series al cambio en la forma de consumir el contenido audiovisual del público. "Si algo ha permitido internet y la tecnología es que ahora seamos más que nunca dueños de nuestro tiempo y lo utilicemos cuándo y cómo queramos, y las plataformas te permiten eso", apunta el director, que no vería con malos ojos dar continuidad a las aventuras de Félix en una segunda temporada a la que está abierto "si nos ilusiona a todos y, sobre todo, al público".

Los compinches de Félix

Unas aventuras en las que sin duda volvería a estar acompañado de Óscar y Mario, los amigos del protagonista encarnados por Pere Arquillé y Ginés García Millán que ejercen, cada uno con un estilo muy diferente, de contrapunto a la ingenuidad y candidez de Félix.

Óscar, el personaje de Arquillé, es un cocinero en paro, deslenguado y sin filtros, que será una suerte de Sancho en la quijotesca búsqueda de Félix. "Es un Sancho que acompaña al protagonista en su viaje en busca de su amor perdido. Un viaje en el que pasan muchísimas cosas y en el que Óscar tendrá, muy a su pesar, que echarle una mano", apunta el actor catalán.

También al lado del protagonista, pero tirando del otro extremo de la cuerda, está Mario, un inspector de la policía de Andorra que representa "el sentido común". "Es un tipo muy práctico que sabe la cabeza que tiene Félix y por eso le quiere llevar por el buen camino", apunta García Millán, que todavía quiere creer que en el mundo real también "hay personas tan buenas y generosas y con una mirada tan poética y tan pura hacia las cosas" como la de Félix.