Aunque ha costado un poco, la Noche de los Museos se ha convertido en una cita indiscutible no solo para los amantes de la cultura, sino para la sociedad en general, que sale a la calle para visitar cualquier de los museos de la ciudad. Gran parte de la culpa de que esto haya ocurrido es de los responsables de estos centros, que este año programaron para la jornada nocturna actividades tan espectaculares como conciertos, exhibiciones de tango o pasarelas de moda.

«Es importante que las personas visiten los museos, pero sobre todo que se diviertan en ellos. Por eso nosotros trabajamos para crear eventos que den un ambiente diferente al centro, como en este caso la exhibición de tango organizada esta noche», explicaba el sábado el comisario del Museo Arqueológico de Murcia, Enrique de Miquel Santed, quien reconoció que «hemos elegido el baile como estrategia rompedora porque un museo es un espacio cultural y, por lo tanto, aunque estemos en el Arqueológico, hay lugar para cualquier manifestación cultural, como es la danza».

Por su parte, en el Museo Ramón Gaya se llevó a cabo, tanto el viernes como el sábado por la noche, una actividad en la que se explicaba la relación entre la obra del autor murciano y la música. Dicho evento se desarrolló en un total de siete visitas completamente gratuitas, en las que, eso sí, era necesario recoger con antelación una invitación para entrar.

Para quienes pudieron disfrutar de esta increíble puesta en escena, donde se podían contemplar las obras de Gaya mientras sonaba la música de un piano, dos violines y una guitarra flamenca, la actividad fue todo un acierto. «Es muy original y a la vez muy íntimo. Hasta me he emocionado. No tiene nada que ver visitarlo un día normal, con la frialdad típica, que verlo de esta forma», comentaban Josefa y María Luisa Aroca. «Ha sido muy interesante, es una pena que no lo hagan con más frecuencia, porque lo explican de una forma distinta, que hace que llegue mucho mejor. Se deberían hacer este tipo de eventos enfocados para personas más jóvenes», añadía Jesús Pérez.

Por su parte, quienes llegaron sin saber que era necesaria invitación expresaban su malestar por no poder entrar a ver el centro. «No entiendo cómo en la jornada de puertas abiertas se nos prohibe el paso. Vengo de Lorca porque mi hermana estudia aquí y le dije de ir a ver los museos, y me encuentro con que no puedo entrar», denunciaba Julia Fernández.

El Ayuntamiento no facilitó cifras oficiales sobre cuántas personas siguieron la iniciativa, pero saliendo a la calle ya se pudo comprobar que se contaban por decenas de miles.

Cartagena salió a la calle

A rebosar. Así estaba Cartagena la noche del sábado con motivo de la apertura gratuita de los museos y centros de interpretación de Puerto de Culturas. Además, las actividades y performances que se celebraron en distintas calles y plazas del centro histórico de la ciudad, unido a la Ruta de la Tapa, hicieron que transitar por el casco fuera una auténtica aventura.

Bares y terrazas hicieron su agosto en apenas cinco horas; en casi todos los locales era prácticamente imposible encontrar un hueco libre. A las tradicionales colas de los museos se sumaron las que se formaron ante varios establecimientos hosteleros, incluso pasada ya la una de la mañana.

El Museo Naval con todos sus fondos expositivos al completo fue uno de los centros más visitados, con un total de 10.123 personas, según los datos que ayer facilitó en un comunicado el ayuntamiento de Cartagena. Le siguieron el Museo del Teatro Romano, buque insignia del patrimonio de la ciudad, con 5.600 visitantes, y el Museo Arqueológico Municipal, que alcanzó 4.123 visitas.

El barrio del Foro Romano alcanzó los 2.255 visitantes y cuando cerró sus puertas dejó fuera a unas 600 personas que no pudieron acceder a las instalaciones por falta de tiempo.

A falta de concretar el número de visitantes que tuvieron el Archivo municipal, el Palacio Consistorial y la Capilla Marraja, que lució algunas de sus principales joyas escultóricas, el balance provisional arroja la cifra de 47.061 visitantes, diez mil más que en 2011. Todo un éxito para la organización y para la ciudad.