No, no voy a recomendar que hagáis la vía verde del Noroeste para que algunos os ganéis la indulgencia plenaria, pero la parte de la vía que une las localidades de Bullas y Cehegín es un paseo de unas dos horas y media que merece la pena realizar. El rincón de esta semana se dirige al que seguramente es el tramo más bonito de toda la ruta que algún día unirá Murcia y Caravaca –con permiso de la zona de Mula que, por cierto, hay que resaltar el gran esfuerzo que está realizando su Ayuntamiento para convertirla en referente cultural y turístico–.

Lo mejor es dejar un coche en Cehegín para la vuelta. El camino, prácticamente llano, transcurre entre pinos, paredes excavadas para que pasara el tren y sombras, por lo que no entiendo mucho por qué están en este tramo haciendo hoyos cada cinco metros a derecha e izquierda para plantación –hay incluso algunos debajo de grandes pinos–, salvo que alguien esté pesando en hacerse más rico vendiéndole más árboles a la administración –aunque esperemos que los viveros municipales sirvan para algo–.

Es recomendable llevar para esta ruta ropa cómoda y calzado adecuado, y tampoco hay que olvidarse de llevar algo de bebida, ya que no hay ni un punto de agua en todo el trayecto. Durante el camino, un par de puentes ofrecen una vista interesante, pero conviene llevar cuidado si van peques con nosotros.

En el trayecto, sobre todo este año, os podréis encontrar a bastante gente –imagino que entre semana no–, especialmente a gente en bicicleta –es una zona ideal para su práctica–, haciendo footing o incluso, a algún grupo ‘diferente’ que vaya buscando el Jubileo.

Hay un par de anotaciones que tendréis que tener en cuenta: El yacimiento ibérico y tardorromano de Begastri, a tres kilómetros de Cehegín –declarado BIC en 2002–, merece la pena, pero su acceso tiene un horario demasiado restringido –sábados y domingos de 11.30 a 13.30 horas–, una pena. La otra es la llegada a Cehegín, sobre todo para aquellos que piensen seguir a la ciudad Jubilar.

Quien haya realizado el trazado, una de dos, u odia a los comercios o le importa un pimiento la actividad económica de la zona, ya que la ruta, tras pasar por la antigua estación de tren, te da un paseo callejeando por las afueras de la ciudad. Eso sí, antes de dejar Cehegín, el tanatorio te despide.

Por eso os recomiendo que a falta de quinientos metros para llegar a Cehegín, no toméis la bifurcación de la derecha que sigue la vía verde. Dirigios hacia la rotonda que preside de forma grandiosa la Cruz de Cehegín para ir en línea recta al centro de la ciudad que se queda a tiro de piedra. Y por allí, una cerveza bien fría cae de maravilla.

Itinerario recomendado

Bullas merece por sí sola una visita obligada. Ya hemos hablado de ella en otra ocasión y por eso esta vez os recomiendo –se gana una media hora andando– que iniciemos nuestra ruta en otro lugar. Lo mejor es tomar la autovía del noroeste y, posteriormente, la salida de Bullas oeste. Una vez en la rotonda, junto a la carretera que nos llevaría a la ciudad, a nuestra derecha sale un camino asfaltado que nos llevará paralelo a la autovía y a una estación eléctrica de paneles solares. Un kilómetro después, pasaremos por debajo de la propia autovía para, unos quinientos metros más adelante, dejar el coche junto a una vieja casa en ruinas.

Seguiremos después andando otros doscientos metros para cruzar –está bien señalizado– la vía verde del Noroeste.